top of page
  • Instagram - Grey Circle
  • Facebook - Grey Circle
  • Pinterest - Grey Circle
  • Twitter - Grey Circle
  • YouTube - Grey Circle

El recuento

  • Dora Valdez
  • 27 feb 2017
  • 8 Min. de lectura

Algunas personas me han preguntado qué es lo que exactamente tengo en términos de salud intestinal. Algo que no es simple de explicar, y que amerita compartir a través de mi historial médico.

Mi abuela Lupe, la prima Argelia, mi madre cargándome y la prima Esmeralda.

Nací por cesárea y mi madre me cuenta que no me gustaba la leche materna, por lo que me dio poca. Mi abuela (paterna) Lupe se encargó de darme leche bronca, atoles, hígados, y todo lo que ella pensaba era bueno para mi, ya que era “muy flaquita”. Era común que la gente dijera “denle de comer a esa niña”, “denle vitaminas”; algo que se promovía en la familia (mis primeros 8 años vivimos en tribu mis padres, mi hermano, mi tío Jaime, mis abuelos paternos, y era común tener por temporadas a algunos primos de Monclova acampando en la casa). Las vitaminas me las inyectaban, era usual que me picaran el cuello, porque no me encontraban las venas en los brazos (a la fecha se batalla para encontrar mis venas cuando me sacan sangre o me canalizan).

Recuerdo comer de todo en mi infancia y ocasionalmente nos lanzábamos a la tiendita de la esquina por unos pingüinos, gansitos o papitas, más un refresco chico (el más chico que ahora se considera “retro”). Mi madre me ponía lunch en la primaria, pero lo vendía para conseguir dinero y comprar en la cooperativa de la escuela tostadas o dorito con frijoles, repollo, crema y salsa; o simplemente por traer dinero en la bolsa y sentirme independiente (vendía a peso cada mordida de mi sándwich).


Era muy platicadora y rebelde, me regañaban seguido y mi mamá tenía que ir a la dirección a rescatarme. En mi defensa yo alegaba que solo me defendía, porque todo el tiempo me molestaban con apodos sobre mi delgadez, mi estatura, mi cabello, mi ropa, etc.


El cuanto a el uso de antibióticos era muy común y lo mantuve en mi vida adulta sin preocuparme por reponer mi flora intestinal o microbiota. Inclusive alguna vez fui a dar al hospital por gastritis medicamentosa, de haber tomado una sobredosis de antibióticos, por lo que tomaba antiácidos de forma regular.

Hasta los 20 años fui muy delgada. Tengo que confesar que era traumático ser delgada, por lo que en la casa de asistencia donde viví siendo estudiante foránea en el Tec Campus Guaymas, le pedí a la señora de la casa que me ayudara a subir de peso y lo logró. Subí 10 kilos con comida Sinaloense/Sonorense y por muchos años mi pesadilla fue bajar de peso.

Dorita sobrealimentada y Ana Iglesias en Campus Guaymas

El estreñimiento era común y mis evacuaciones eran entre cada tercer día a 5 días.

Las primeras dos crisis serias de salud fueron en agosto y septiembre de 1998. Los primeros que llegaron fueron los fuertes dolores de cabeza, que después de una resonancia magnética y electroencefalograma me dijeron que era “migraña sin aura”, me recetaron sibelium por 5 meses y sydolil en caso de dolor. Como los dolores siguieron, cambié de médico. En el 2003 (o sea pasaron 5 años) me recetaron topamax (tratamiento que se usa para control de epilepsia, convulsiones y migraña) y alidol para el dolor. Este último médico (neurólogo) se rindió conmigo y me mandó al psicólogo y a practicar yoga. Muy sabio, pero en el momento lo odié.

La segunda crisis fue en septiembre de 1998 en un viaje a la playa, me llené de ronchas rojas en todo el cuerpo. Pensé que era el bloqueador vencido y simplemente ignoré el síntoma. Mis siguientes idas a la playa eran con todo y ronchas hasta que me sentía muy grave y me encerraba dos días en el cuarto de hotel con supervisión médica y medicinas para controlar los síntomas (inflamación, temperatura y picazón en todo el cuerpo). Las ronchas de la foto es solo el inicio de toda la erupción en la piel, no se porqué no tengo mas fotos.

Mini ejemplo de ronchas.

La tercera crisis fue en agosto del 2000, en mi etapa laboral corporativa, estaba haciendo una auditoría y simplemente no podía seguir caminando de un fuerte dolor abdominal en el costado derecho. Me llevaron con un médico “de confianza” que sin siquiera tocarme dijo que era apendicitis y cuando me estaba haciendo la orden de ingreso para cirugía, me salí de ese lugar y me llevaron a otro lado donde me tomaron un eco, y el radiólogo dijo que no sabía que era pero que no era apendicitis y que tenía tiempo para llegar a Monterrey y atenderme en un hospital. Cosa que sucedió bajándome del avión y estuve internada un par de días con miles de estudios porque yo quería saber exactamente que tenía. El gastroenterólogo dijo que era colitis nerviosa, no me dio ninguna dieta específica, me dijo que me relajara y que me tomara mis medicinas (Libertrim sii, Mopral, Bentyl, Buscapina y Supradol).

Nunca asocié los síntomas (dolor de cabeza, estreñimiento y ronchas) y francamente no los tomaba en serio. Fue hasta hace casi 10 años que dejé de laborar en la industria de alimentos y enfocarme a mi vida personal, que me di tiempo de explorar lo que pasaba con mi salud. Lo primer que hice fue ponerme a dieta con una bariatra (estar a dieta era normal para mi, así como tratamientos corporales para bajar de peso como masajes y carboxiterapia, tratamientos de lo más doloroso y costoso que he visto), y meterme a un gimnasio. Resultado bajé de peso, mejoré mi condición física, y caí enferma con el diagnóstico síndrome neurocardiogénico, que no me dejaba dormir por una arritmia que me asustaba en las noches (esa sensación de que se para el corazón por segundos y crees que vas a morir). Claro, lo anterior fue por empezar de cero a mil el ejercicio (lo intenso es genética). En cuanto a los demás síntomas de ronchas y dolor abdominal seguían igual.

En el 2008 me aplicaron en tres dosis la Vacuna Recombinante Tetravalente Contra el Virus del Papiloma Humano (Tipos 6, 11,16,18), MSD marca GARDASIL. En febrero de 2009 me dio varicela (varicela a esta edad es una pesadilla y más que era meses antes de casarme). En junio de 2009 me casé y en el 2010 me embaracé. El embarazo no llegó a término y en septiembre de ese mismo año me practicaron un legrado. Como seguimiento ginecológico me detectaron un lesión cervical moderada. Aún no me recuperaba de la pérdida de mi embarazo, cuando me dicen que tengo el efecto del virus del papiloma humano, simplemente devastador y claro que me arrepentí de haberme puesto la famosa vacuna (lo hice por miedo, ya que a mi mamá le quitaron el útero por esa razón). Afortunadamente hubo un tratamiento láser que me aplicaron con éxito, y sigo en colposcopías anuales de seguimiento. En cuanto a tratamientos para embarazarme, solo hice dos estimulaciones de ovarios, y muchos estudios dolorosos y costosos que decían que "todo estaba bien".


A través de los años fui adentrándome más y más en las teorías de alimentación. En el 2009 fue mi primer acercamiento con la dieta por tipo de sangre, en el 2010 seguí la dieta de los asteriscos, y luego pasé dos años con el sistema de Marcela Bortoni (iridología). Debido a un fuerte dolor de espalda baja en el 2012 inicié tratamientos de medicina integrativa en Sammsati (hidroterapias de colon, fototerapia, masajes linfáticos, terapia neural con ozono, y homotoxicología) realizados por dos años. En el 2013 hice otro protocolo con hierbas y suplementos con la guía de un iridólogo. Ese mismo año hice la primera de muchas desintoxicaciones con jugos y licuados naturales del programa Hábitos de Valeria Lozano. Me funcionó en el tema de la desinflamación general de todo el cuerpo, bajé más de peso y tenía mucha mas energía. El 2014 fue intenso, hice las 5 fases de tratamiento de trofología en la Fundación Donato de la O, y también me hicieron el VeriTest en el que dice que soy sensible a la vainilla, cangrejo, amaranto, nuez de la India, y que debo rotar los lácteos. En ese mismo año seguí los cursos El Arte de Amar tu Cuerpo y El Arte de Nutrir tu Cuerpo de María Montemayor (ambos los super recomiendo). El protocolo sugerido por VeriTest me funcionó bastante bien, pero al tiempo regresó el estreñimiento de manera intermitente, junto con el dolor abdominal tipo colitis y las ronchas en la piel cuando me exponía al sol.

Lo único que pensaba era que había que cambiar de alimentación nuevamente, y en el 2015 me adentré en Ayurveda, Macrobiótica, hasta que decidí que lo que era necesario es ser vegetariana y luego vegana. Aquí apareció la cuarta crisis, esta vez tenía un síntoma mas horrendo que los anteriores y eran hemorriodes y fisuras. El estreñimiento seguía junto con los dolores abdominales y claro, las ronchas.


A finales de abril del 2016 llegó la quita crisis. Esta vez fue en un viaje a Holbox, me llené de ronchas y regresando a Monterrey estaba tan mal que me inyectaron cortisona (con el paso de los días ante la exposición al sol/calor, me pongo peor). En un intento desesperado me sumergí en el protocolo GAPS (Gut & Psychology Syndrome) de la Dra. Natasha Campbell. Con excelentes resultados ya que en junio del 2016 regresé a la playa y se eliminaron las ronchas y mejoró mucho mi digestión (aquí empecé con la eliminación de todos los cereales/granos y lácteos).

En ese mismo año durante una certificación de yogaworks me empezaron dolores en articulaciones que calmé con curcumina. Aún así seguí practicando yoga intensamente hasta que me lesioné en agosto del año pasado, y mi vida dio un giro enorme al vivir los efectos de parar y detenerme a escuchar y ver en 3D todos los síntomas que me venían gritando desde hace años, más una tendinitis en mi rodilla derecha.

En cuanto a mi experiencia vivida con el tema de mi lesión de rodilla, te lo comparto en otro momento. Aquí también hay grandes aprendizajes que siguen en proceso

A finales del 2016 acudí por ayuda profesional nuevamente, llegué con Martha Cárdenas en Amayal y es quien me sigue acompañando actualmente. El protocolo que sigo y los resultados lo compartiré en otro momento porque sigue en proceso, solo puedo adelantar que con buenos resultados, ha sido tormentoso en algunos momentos, pero me alienta que siento una mejora significativa. En general sigo la dieta de carbohidratos específicos (SCD), y aunque es algo mucho mas complejo, mis síntomas están asociados con el Síndrome del Intestino Inflamado (IBD, que es super diferente al IBS-Irritable Bowel Syndrome).

En todo este camino he incorporado terapias de relajación como meditación, reiki, yoga restaurativo y escribir en un diario (este blog para mi también es terapéutico, así como todos los talleres, clases y asesorías de cocina y alimentación que doy). Pero lo que mas hago en la parte espiritual es rezar y rezar. Otras métodos que me han acompañado son la descodificación, constelaciones y la terapia psicológica sistémica. Otras terapias que tomé tienen que ver con lectura de cartas, chamanes, ángeles, runas, numerología y decenas de cursos, diplomados y pláticas.


¿Porqué comparto esto? Primero lo hago por mí, es hasta este momento que me doy cuenta de todos las cosas buenas que hago por mi bienestar (es una tarea que me dejó mi terapeuta que sin querer estoy haciendo en este momento, ya que tiendo a ver solo las cosas que no hago bien y la culpa que hay detrás de ellas). En segundo lugar porque cada vez que comparto algo sobre mi salud intestinal en redes sociales, alguien me contacta para compartir su situación y nos acompañamos mutuamente (es increíble la conexión que hay entre las personas que tenemos síntomas parecidos). También lo hago para animar a la gente a que explore, busque respuestas y ayuda. Este proceso no tiene fin, en el momento en el que concluyo haber encontrado la causa raíz, las cosas cambian y surgen nuevas líneas de investigación. También lo hago porque al volver a leer esto me recuerdo que necesito seguir cultivando la paciencia y el agradecimiento. Agradecimiento a Dios en primer lugar, sin él no estaría aquí compartiendo esto. Gracias Dios por los recursos que me brindas para seguir este camino, gracias por todas las veces que me escuchas en mis llantos y rezos, por manifestarte a través de Bruno, de Charly, mi familia, mis amigas, amigos y alimentos que consumo. Por no soltarme cada vez que aparece un síntoma. Por mantener mi fe, por estar viva.


Si llegas a leer esto y ves algo que yo no veo que me ayude a sumar a mi salud y que me quieras compartir, por favor contáctame. Si crees que a alguien le puede servir compártelo.


Gracias por leerme,


Abrazos


Comments


bottom of page