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El pollo que parece pavo

  • Dora Valdez
  • 13 nov 2018
  • 3 Min. de lectura

¿Quieres una opción para sustituir al jamón de tu sandwich? No te pierdas esta deliciosa opción llena de sabor.

Siempre que me preguntan qué jamón comprar, la verdad es que ninguno me gusta, por sabor, textura, y aditivos usados. Pero el otro día Charly y yo hicimos un pollo que me recordó mucho al pavo de navidad (¡por cierto amo el pavo de Navidad!).

Llevamos más de una vez que lo hacemos y hemos aprendido mucho, vimos mil veces el capítulo ácido del documental y nos pusimos a investigar y experimentar. En el documental usan crema agria, pero lo que tenemos a la mano es yogurt de oveja que ayuda a dar ese color dorado y un sabor dulce, la carne queda ¡uf! ¡super suave y deliciosa!.

La primera ocasión que lo hicimos nos quedó algo crudo del centro, y es que sí nos faltó darle ese tiempo para descongelar y reposar antes de meterlo al horno, por lo que te comparto además los puntos clave de esta receta. ADVERTENCIA. Esta receta contiene un lácteo fermentado, no es paleo, pero busca dejar el jamón procesado, y la verdad es que vale demasiado todo el tiempo de elaboración y el uso de todas las técnicas del documental sal, grasa, ácido y calor.

 

Los 4 puntos clave de usar calor y medio ácido en pollo.

  1. Marinar con un medio ácido lácteo (los cítricos trabajan bien diferente y resecan la carne si marinas mucho tiempo).

  2. Usar suficiente sal.

  3. Descongelar con tiempo el pollo.

  4. Dejar al pollo a temperatura ambiente antes de meterlo al horno.

 

RECETA ADAPTADA de Samin Nosrat.

INGREDIENTES

Pollo ecológico/orgánico 1 pieza de 3.5 kilos

Yogurt de vaca o de oveja 1 litro

Sal de mar 4 cucharadas

MATERIALES

Bolsa para hornear Es solo para marinar el pollo, conseguirla muy grande.

PROCEDIMIENTO:

  1. Descongelar el pollo. El pollo de 3.5 kilos tarda en descongelar en refrigeración de 2 a 3 días. Hay quien le corta las puntas de las alas, yo se las dejo.

  2. Sacar de la bolsa original el pollo y secarlo con servilleta de papel. Coloca sal en toda la superficie del pollo y deja reposar 30 minutos. Pon la sal restante en el yogurt.

  3. Mete el pollo en la bolsa y agrega el yogurt. Asegúrate que quede embarrada toda la superficie del pollo.

  4. Amarra la bolsa y colócala en un bowl dentro del refrigerador desde toda la noche hasta 24 horas.

  5. Después del tiempo de reposo, saca el pollo y retira el exceso de yogurt. No te estreses de más, solo quita lo que puedas con una servilleta.

  6. Coloca el pollo en una charola con rejilla para recoger los jugos (si no le pones rejilla alta se hará un batidero). Amara las patas con un cordel o ligas especiales que no se derriten con el calor.

  7. Deja reposar a temperatura ambiente por una hora. Media hora antes de ese tiempo precalienta el horno a 430F.

  8. Mete el pollo al horno con las patas hacia atrás. Samin cuenta en el documental que esto ayuda a que no se reseque la pechuga.

  9. A los 40 minutos bajar el fuego a 400F, se empezará a ver dorado.

  10. A los 60 minutos girar al pollo con las patas hacia ti pata que sea parejo su color dorado.

  11. Aproximadamente tarda entre 1 hora y media y 2 horas dependiendo del tamaño del pollo, y asegurar que los jugos salgan claros cuando cortes con un cuchillo entre el muslo y la pierna.

  12. Sacar el pollo y dejar enfriar al menos 10 minutos antes de cortar si lo quieres comer caliente. Pero para que salgan rebanadas finas es necesario dejarlo enfriar por completo, pasarlo al refrigerador y cortarlo al día siguiente. ¡Espectacular!

Notas/Variantes: el lugar de yogurt puedes usar crema ácida. Usa un termómetro dentro de tu horno para asegurarte de la temperatura real que alcanza. Le va super bien a los sandwiches con pan de masa madre o brioche. Te aseguro que el pollo va a volar, pero si lo quieres congelar adelante. Refrigerado dura 3 a 4 días. Congelado 3 meses, pero la textura cambia. Si por cualquier razón no quieres usar yogurt, usa ghee en toda la superficie del pollo y directo en la piel, por lo que tendrás que separarla para meter la mano y embarrarlo, y mételo al horno. El sabor será diferente y la textura también, pero es muy rico.

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